UN PIZCA DE HISTORIA DE LAS MATEMÁTICAS

 

Los conceptos básicos de las matemáticas: número, medida y orden  son inherentes a las actividades del hombre desde el principio de los tiempos, el hombre prehistorico necesito medir distancias con su cuerpo y sus pasos; contar objetos, ganado ; imaginar trampas, construir viviendas y tumbas. A medida que progresaba, las matemáticas fueron avanzando con él como solución a los problemas que se le iban planteando en la vida diaria..

El saber matemático comienza a adquirir consistencia en el momento que aparece la escritura como parte de la cultura de los pueblos.


Una hipótesis verosímil acerca del origen de la escritura vincula este origen con prácticas aritméticas.. Según esta hipótesis,  la escritura nace  a mediados del IV milenio antes de Cristo en la Baja Mesopotamía, en el seno de la cultura urbana de los

   
TORRE BABILONICA

Sumerios., cuyas ciudades estaban construidas alrededor del templo, edificado sobre una colina artificial, como una torre escalonada, que no sólo representaba la unidad espiritual de la comunidad, sino que encerraba además su riqueza económica. Los bienes del templo, acumulados en sus talleres y graneros, eran administrados por los sacerdotes, y es de suponer que a medida que aumentaban tuviesen la necesidad de fijar signos convencionales que les permitieran controlar la administración de estos bienes. En las tablillas pictográficas de Erech de 3.500

   
a.C. que son las más antiguas que se conocen, contienen signos que represenas una cabeza de vaca, una espiga de trigo , un pez, acompañado de signos especiales que sin duda representan signos númericos
  ESCRITURA CUNEIFORME

 

Esta notación numérica de las “cuentas del templo” pueden indicar que los sistemas escritos de numeración fueran anteriores a la escritura misma.

LA MATEMÁTICA PREHELÉNICA

   

LA PUERTA DE ISTHAR

MAPA DE BABILONIA  

LOS BABILONIOS

Hasta el primer tercio de este siglo, los conocimientos que se poseían acerca de la matemática de los pueblos que habitaron la Mesopotamia: sumerios, acadios, babilonios, asirios... eran escasos y no revelaban mayor contenido científico.

Sin duda, ya se había advertido la característica fundamental, que ofrecían los sistemas de numeración utilizados en los textos cuneiformes. Hacía el año 3.000 a.C los sumerios introdujeron un sistema de numeración posicional de base 60, que en definitiva es el sistema sexagesimal que aún utilizamos nosotros para las medidas de tiempo y angulares.

TABLA
LEON DE BABILONIA    
En este sistema las cifras de 1 a 59 se escribían de acuerdo con un arcaico sistema decimal aditivo, sobre la base de dos signos cuneiformes: uno vertical para la unidad y otro horizontal para el 10. Pero a partir de 60 y para las fracciones el sistema se torna posicional, las potencias sucesivas de 60, en orden creciente o decreciente, se representan por la unidad, y cada conjunto numérico hasta 59 debe computarse 60 veces menos que el anterior.

La inexistencia de un signo para el cero, que no aparecerá hasta los tiempos helenísticos, así como de un signo que separe la parte entera de la fraccionaria, hace que el sistema no sea coherente para nosotros, aunque el contexto del problema, y a veces ocasionalmente ciertos signos especiales, impedían al calculista sumerio caer en equívocos.

Ya desde comienzo de este siglo (1906) se había revelado el carácter posicional del sistema sumerio al descifrarse textos cuneiformes con tablas de multiplicación, de recíprocos, de cuadrados, exponenciales y algunos cálculos; pero ha sido la labor de desciframiento de Neugebaner (1935) y Thureau-Dangin (1938) la que ha permitido conocer la berdadera faz de esta matemática sexagesimal.

 

lLos textos ultimamente descifrados pertenecen al periodo babilónico (II milenio a.C.); registran conocimientos de los sumerios del milenio anterior y la indole y solución de la serie de problemas que aportan estos textos arrojan nueva luz sobre las relaciones entre la matemática prehelénica y la matemática griega.

Desde el punto de vista matemático, las novedades más importantes que registran los textos babilónicos se refieren a la solución algebraica de ecuaciones lineales y cuadráticas, y el conocimiento del llamdo "teorema de Pitágoras" y de sus consecuencias numéricas.

Los problemas que se refieren a aplicaciones geométricas revelan el conocimiento de la proporcionalidad entre los lados de triángulos semejantes, de las áreas de triángulos y trapecios así como de volúmenes de prismas y cilindros. Pero sin duda, el conocimiento geométrico más interesante que revelan las tablillas es el del llamado "teorema de Pitágoras", y en especial, como consecuencia, la ley de formación de los "tripletes pitagóricos", es decir, de las ternas de números enteros, que, a la par de representar medidas de los lados de triángulos rectángulos, expresan la posibilidad aritmética de descomponer un número cuadrado en suma de dos cuadrados.

El conocimiento del "teorema de Pitágoras", un milenio largo antes de la existencia de su pretendido autor, se pone de manifiesto en distintos problemas cuya solución correcta no podía lograrse sin ese teorema.

     
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